Lacar una puerta / Trabajar con brocha o con rodillo
Conseguir una superficie perfectamente lacada resulta posible utilizando los materiales adecuados y trabajando con el método idóneo.
Primeros pasos
Lo primero y más importante es la fase inicial de preparación de la puerta antes de proceder a su lacado. Debe aplicarse una imprimación, dejar secar y lijar suavemente. También es imprescindible rellenar cualquier orificio, por pequeño que sea.
El esmalte debe ser de calidad y los fabricantes actuales los desarrollan tanto sintéticos como grasos.
Se puede realizar tanto con brocha como con rodillo, dependerá de lo que más fácil o cómodo nos resulte, teniendo en cuenta que la brocha ha de ser de muy buena calidad, para que no suelte pelos y estropee la superficie.
Si el trabajo ha de hacerse en una habitación muy fría y la pintura está viscosa, puede colocar el bote en un recipiente con agua caliente para que se vuelva más fluida, facilitándonos su utilización. Es importante aplicar las pinturas en pasadas muy finas y dejar que sequen perfectamente.
Trabajar con la brocha
Con unos pequeños conocimientos resultará muy sencillo utilizar una brocha para realizar un proceso de lacado:
– Lo primero es eliminar los pelos sueltos de la brocha.
– Sumerge la brocha ligeramente en el bote de pintura y escurre el exceso en el borde.
– La superficie se divide en bandas y la pintura se aplica a la derecha e izquierda, con pasadas oblicuas a la superficie y no verticales.
– Pinta primero todas las esquinas y después las superficies más grandes, comenzando siempre por la parte superior.
– Intenta no pasar la brocha sobrecargada.
– Si el esmalte está muy espeso, dilúyelo con un poco de aguarrás.
O bien con el rodillo
Si no estás habituado a trabajar con brocha, te resultará más sencillo hacerlo con un rodillo. Ten en cuenta algunos detalles.
Si el esmalte es acrílico, utiliza un rodillo de espuma. Si es sintético utiliza uno de mohair, ya que el aguarrás deteriora la espuma.
– Es importante utilizar una bandeja especial, que debe ser al menos tan ancha como el rodillo.
– Vierte en la bandeja un poco de pintura y sumerge el rodillo sin dejar que se cargue mucho.
– Para evitar salpicaduras, mueve con suavidad el rodillo por la bandeja.
– Da una pasada sobre la superficie y alisa en dirección opuesta. Superpón cada pasada para que no queden huecos.
– Es muy importante escurrir bien la pintura para que no se noten las pasadas.